Este anuncio de una famosa tablet me ha dejado de piedra. Cada vez tendemos a empeñarnos, pedir préstamos, incluso hipotecarnos con tal de ir a la última, de llevar el último artilugio de la manzanita, o incluso comprar aparato que más allá de lo estético no encajan en nuestra vida.
Primero fueron las permanencias, esa opción para conseguir un móvil gratis que consistía en permanecer un tiempo determinado con nuestra compañía de móvil manteniendo las mismas tarifas contratadas. Empezó siendo de doce meses, más tarde pasó a ser de dieciocho y ahora vamos camino de los 24 meses, sin descartar ampliar a 36. ¡¡Una auténtica barbaridad!! Pues supone atarse a unas condiciones que igual dejan de ser favorables; en tres años, como poco te cambia la vida y las circunstancias.
Más allá de permanencias, lo que esta tarde me ha dejado flipado mirando el cartel de una tienda de móviles de color rojo, ha sido una cuota mensual, adicional a la "permanencia" para pagar la dichosa tablet. 1€ al día (no me vengan con la excusa del café diario, que ahora ya no cuela tras haberlo oído mil veces), es decir, 30€ mensuales x 24 meses. Hagan cuentas, 720 euros nada más y nada menos que por un iPad y una conexión a internet. Semejante burrada, cuando podemos encontrar dicho dispositivo por la mitad de precio en cualquier tienda alemana que nos invita "a no ser tontos".
A pesar de todo, habrá gente que muerda el anzuelo. Señores, las hipotecas ya no son patrimonio exclusivo de las casas. Han llegado a la telefonía móvil para quedarse... siempre y cuando, el cliente como siempre se cegue con el "todo gratis", digo móvil gratis y firme contratos que dan verdadera pereza tan sólo de ojear.
