Bizarro, como cierto que es... Bankia, aquella entidad financiera a la que fuímos a parar todos los felicísimos clientes de Caja Madrid (Bancaja en mi caso, una gran caja de ahorros que prestaba un servicio impecable, vamos, que parecían tus amigos más que un banco...) cierra todas las oficinas de mi ciudad, es decir, una ciudad de 218.000 habitantes aproximadamente y me confirman por carta que para operar con mi cuenta debo desplazarme nada menos que 50 km para actualizar una libreta ¡de locura!
Nunca he visto nada igual, un banco que echa a sus clientes a la calle, los fuerza a cancelar las cuentas y tarjetas, o lo que ellos mismos llaman "resolver los contratos", cosa que no acabo de comprender. Todavía soy cliente de BankiaLink, su filial operativa a distancia, con la que nunca he tenido ni el menor problema. Y es que la banca a distancia, o por internet es el futuro. Sin cuotas, comisiones, obligaciones y ni mucho menos tinta para imprimir un extracto... y que decir de pisar una oficina. El tú te lo guisas, tú te lo comes elevado a la máxima expresión. Pero reconozco que siendo un paso minúsculo, la sociedad en general sigue siendo relativamente reacia a las nuevas tecnologías, y mucho menos todo aquello relacionado con internet...
Me acerco peligrosamente a la peligrosa edad de 26 años en la cual para el sector bancario pasas de niño a hombre, y eres lo suficientemente mayor para pagar comisiones. Sin duda, el futuro está en la red... Hay que acostumbrarse a la filosofía de Juán Palomo.
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