
Hoy ha sido de esos días que
he pensado que la televisión no puede avanzar más, y toca dar paso a la
involución. Lo que hay a la izquierda es lo que lleva emitiendo gran parte del día
Telemadrid; Las
cartas de ajuste vuelven a estar de moda, y es como para felicitarles, pues al menos han dejado de lado los
pantallazos en negro. Es de
traca que en pleno siglo
XXI haya canales con
parones y
cartas de ajuste, pero que encima sea una televisión pública,
tela marinera. Aunque pensándolo por otro lado, no echaremos de menos ni los
revoltijos de
Curry Valenzuela ni
Territorio Comanche, el programa de la
Tàrrega (quién sabe, o quizás sí...).

Esta mañana entre tanto
dibujo y series infantiles, no me ha quedado otra que poner
Telecinco (a pesar de que le tengo
manía a ésta cadena), y cuál ha sido mi sopresa al encontrarme con la
mítica serie
Sensación de vivir, una serie que ha marcado un
antes y un
después en las series para adolescentes.
Ha sido alucinante ver cómo ha cambiado todo de unos años hasta ahora; la ropa, los peinados, la forma de hablar, los
intereses de los jovenes... todo
parece de otro mundo, y no hace ni
20 años de su estreno en
España. Ésta ha sido otra de las pruebas que confirma que
la tele, quizás no pueda traernos nada nuevo y haya que rescatar cosas en el baúl de los recuerdos.
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