domingo, 5 de abril de 2009
Y de postre, medio coco
Ayer estuve en el hiper, y justo cuando fuí a pesar manzanas me quedé alucinado al ver una caja con seis cocos como el de la foto. ¡Era la primera vez que veía un coco más allá de Supervivientes! jeje. La curiosidad me mató por dentro y no pude resistirme a traerme uno a casa (1,15€ cada uno, me pareció caro, pero como dicen, "una vez al año no hace daño").
Lo verdaderamente increible ha sido el montaje que he hecho en mi cocina para poder abrirlo. No tenía ni idea, he utilizado desde destornilladores, martillos, taladradoras, en fín, todo lo que me pasaba por la imaginación, y tras desistir dos veces, he conseguido abrirlo dándole un golpe contra el suelo. Por dentro, lleva un líquido dulce, y a la vez un poco insípido, y de color blanco. La corteza exterior, que parece madera, es bastante dificultosa de abrir, por contra, la corteza interior reconozco que está bastante rica. En un extremo del coco hay como tres orificios marcados por dónde extraer el agua de coco. Es posible insertar una pajita y beberlo directamente.
Si alguna vez te decides a probarlo, más allá de las fiestas locales y puestos ambulantes, he encontrado un pequeño truco en un foro de internet (no sé si será cierto del todo, pero prometo probarlo antes de sacar taladros y demás :P); "Yo si doy fe de que al poner en el horno un coso, éste se abre. Pero primero se le debe extraer el agua. El horno debe estar a temperatura alta. Como a los 15 ó 20 minutos, la corteza del coco comienza a quebrarse quedando íntegra la pulpa. Al sacarlo, es muy fácil lo que le queda de corteza."
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