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Hoy os voy a hablar de algo más
personal. Algo que me ha hecho reflexionar. Es de esas cosas en las que no piensas normalmente, pero que cuando ocurren, te hacen meditar y pensar, aunque luego no sirva para nada...
Hoy ha sido el
día de la madre, y ayer a prisa y corriendo (creo que siempre que haces algo improvisadamente, te sale mejor que si lo haces con antelación) compré un
detalle con el que "cumplir" en esta fecha. Esta mañana hemos salido a tomar algo para celebrarlo, y hemos ido a un restaurante
modesto, de estos donde encuentras
tapas, menús del día y demás cosas. Justo cuando nos tomaban nota, el camarero de asombraba al ver cómo en la mesa de al lado,
un señor algo mayor (que no
viejo)
se desplomaba y caía inconsciente al suelo. Yo me quedé impresionado, no me lo esperaba para nada, y creía que era un simple mareo por las aglomeraciones de gente que hay en estos lugares públicos. Este señor estaba con la mirada
perdida y con la boca abierta (un familiar que pasaba por nuestra mesa decía que era su cuarto infarto) y rápidamente llegaban cuatro personas del
061 con una
maquina de medianas dimensiones. Tras casi una hora, y después de colocar dos
biombos (todo había sucedido muy rápido) este señor no daba señales de vida... Era una sensación muy muy rara: comer unos calamares y escuchar los
pitidos de dicha maquina (imagino que sería para realizar masajes cardíacos). Al poco tiempo, bajaban las persianas del local, tapaban los cristales y escuchaba el ruido de un papel metálico, como papel
albal. Era una sensación superextraña; Estaba terminando de comer un plato de
emperador con patatas y
pensando que a dos metros de mí hay (literalmente)
una persona muerta.Sé que me extiendo más de lo habitual, pero es que después de todo lo que he contado, que podría parecer el argumento de una película, me he quedado parte de la tarde reflexionando sobre lo
efímera que es la vida, lo rápido que pasa, y sobre todo lo importante que es llegar a ser lo que quieras y vivir tu propia vida, pues
en cualquier momento y en cualquier lugar se puede truncar tu camino. Ha sido algo fuerte. Es muy impactante ver este tipo de cosas, pero por otro lado lo considero
necesario.
Estamos acostumbrados a vivir en una burbuja donde evitar
lo malo, las desgracias, pero nunca hay que olvidar que son
parte de la vida, y que a cualquiera le puede
tocar.