Este verano me planteo la situación desde otra óptica. Siento que a pesar de la gran crisis que llevo encima (económica aparte), estoy madurando en el sentido de que soy capaz de ver más allá de un simple momento divertido, o de una juerga. Ahora estoy capacitado para ver las consecuencias de mis actos, y eso es algo bastante reconfortante, porque son sintomas de que mentalmente ya no soy un quinceañero.
A todo esto, poco más puedo añadir. Hasta la próxima entrada, me despido de vosotr@s, y os dejo con un buen video...
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